Diario de viaje a Perú. Día 3. Valle Sagrado de los Inkas
El día 3 era hora de empezar a ver importantes ruinas Inkas como aperitivo del Machu Picchu que llegaría días después. Había leído por Internet que tanto Pisaq como Oyaitatambo son impresionantes, pero que se quedan un poco en nada si ya has visitado el Machu Picchu, y dado que al día siguiente empezaba el Inka Jungle en el cual visitaría el Machu Picchu, tenía claro que ese día había que visitar ambos sitios arqueológicos (Pisaq y Oyataitambo), en la excursion que en todas las agencias de Cuzco la llaman al Valle Sagrado de los Inkas
Estuve dudando si hacerlo por libre o no. La verdad es que con más tiempo y mejor planteado ir y volver a Pisaq en el día lo veo bastante factible, y ya aprovechas para visitar su famoso mercado, y Oyaitatambo podía haberlo visitado otro día y empezar el Inka Jungle desde allí (no creo que me habrían puesto problema para recogerme allí). En mi caso dado que no lo plantee con tiempo, al final decidí coger una excursión organizada por todo el Valle Sagrado. Me habría gustado algo más de tiempo para visitar ambos sitios arqueológicos, pero aun así no fue una mala decisión.
Partimos desde la mañana, bien temprano (creo que a las 8 de la mañana) rumbo a Pisaq, por la carretera que pasa por otros centros arqueológicos como el de Sacsuyhaman o Qenpo. Dicha carretera, al igual que otras por la que trascurre todo el trayecto, tienen unas vistas increíbles, así que recomendaría intentar coger sitio de ventanilla. En mi caso no pude conseguir ventanilla. La parte buena es que ya desde el inicio del día hice amistad con una pareja de chilenos, con los que pase el resto del día.
Como digo llegamos a Pisaq pero la primera parada no fueron las ruinas sino que fue una platería. Típica visita para vender que te hacen en estos tours, aunque afortunadamente duro solo 5 minutos. Nos explicaron muy por encima como era el proceso de fabricación de artículos de plata y nos enseñaron a distinguir artículos de plata buena de plata mala.
A media mañana ya estábamos en las ruinas de Pisaq. Para entrar a las ruinas, igual que a las otras 2 del día y a otros sitios que iría visitando los días siguientes, hace falta el boleto turístico. Hay boletos de día por 70 soles, pero aconsejable coger el de 10 días por 130 soles, ya que hay varios museos en Cuzco además de otras ruinas que se pueden visitar con dicho boleto. Si tienes carnet de estudiante es aún mejor ya que por 70 soles tienes el boleto de 10 días.
Si aún no has visto el Machu Picchu, Pisaq es simplemente fabuloso. Una zona enorme de cultivos en terraza que rodea una pequeña montaña donde se situaba la mayor parte del poblado Inka. Se puede subir hasta arriba de la montaña (no es una ascensión muy dura, y en 10 minutos estas arriba) desde donde tenemos unas vistas fabulosas. Si se visita por libre, con tiempo hay más cosas para ver en el recinto arqueológico, como el templo del sol, pero hay que andar un buen cacho y en el escaso tiempo que nos dejaron era imposible. Por ello digo que sí se puede visitar por libre es mejor, aunque lo bueno de la visita guiada es que la explicación que nos dieron sobre el recinto fue bastante interesante.
Tras volver a los autobuses nos pusimos otra vez en ruta y llegamos a Urubamba. Esta es la ciudad más grande de la zona, y da nombre al rio que cruzaría y pasaría cerca de él bastantes veces en los siguientes días. Sin embargo no hay mucho que hacer y se para exclusivamente para comer. Para comer te paran en un buffet bastante decente aunque con poca variedad. Cuesta 20 soles (el precio de la excursión eran 30 o 50 soles dependiendo si llevabas contratado el buffet o no) y merece bastante la pena, ya que además te dejan en un sitio que no se ven muchos más restaurantes alrededor. Eso sí, como en todos los sitios de esta clase te clavan con la bebida, así que recomendable comprar la bebida en alguna parada de las anteriores.
Carretera de bajada desde las ruinas de Pisaq. Si vas por libre bastante gente la baja andando
Después de la parada para comer rumbo a Oyaitatambo, no sin antes intentar venderte un licor local en el autobús. Te presentan un anisado de varias plantas de la zona que poco más que cura hasta el cáncer (aunque viendo lo que lleva para el mal de altura sí que puede ayudar). Te dan a probar un poco y te entretienen un rato el trayecto de autobús, así que al final no está mal, además de que estuve a punto de comprar una botella porque estaba chula, era barata y estaba buena.
Llegar a Oyaitatambo es simplemente impresionante. Según llegas al pueblo, que esta después de una cuesta empedrada, ya antes de entrar se ven casi perfectamente las ruinas, que son impresionantes. El centro arqueológico es quizás más pequeño que el de Pisaq, pero la forma en que está construido por lo menos a mí me impresiono más.
Se sube a la cima del centro por entre las terrazas de cultivo (de echo puedes entrar en alguna) y lo más impresionante del sitio llega arriba. Arriba esta lo que iba a ser el templo del sol. Y digo iba a ser porque cuando llegaron los españoles a Cuzco los Inkas abandonaron Oyataitambo a medio construir. Aun así las piedras que te encuentras en la cima de la fortaleza son impresionantes, son enormes, lo cual te hace preguntar como las llevaban allí.
Detalle de la muesca para unir piedra y piedra que hacían
Saliendo de Oyaitatambo, primera mini anécdota del viaje. Mi chaqueta que la había dejado en el bus ya no estaba. La siguiente parada era Chincheros, al que se llega tras subir por una carretera de montaña impresionante. Decir por cierto que bastante gente se quedaba en Oyaitatambo para coger el tren a Aguascalientes, lo cual puede ser una buena idea ya que además de poder pasar unas horas en el pueblo que se veía chulo nos ahorramos el volver a Cuzco.
En Chincheros antes de entrar en las ruinas 3º parada del día para intentar vendernos algo. Esta vez un taller textil donde hacían chaquetas y otros objetos de lana. Lo bueno es que esta vez la explicación fue bastante amena e interesante, y pudimos ver como tiñen las lanas o como las van hilando. Además pude ver un pequeño criadero que tenían del famoso cuy, una especia de cobaya que por la zona de Cuzco está considerado un manjar.
Otra vez unas vistas impresionantes de camino a Chincheros
Demostración en el taller textil de Chincheros
Las ruinas de Chinchero la verdad es que poco interés. Cuando llegaron los españoles las destruyeron casi enteras y en su lugar construyeron una pequeña Iglesia. Sin embargo las vistas desde las ruinas al paisaje andino de alrededor son impresionantes, pudiéndose distinguir por ejemplo el nevado Salkantay
Y después de esto ya poca cosa. Trayecto de vuelta algo largo (podéis ver en el mapa que la vuelta que dimos con el bus es importante), llegada. Cene otra vez por el barrio de San Blas en una hamburgueseria llamada Juanito’s. Una hamburguesa enorme, buenísima, y totalmente personalizada en cuanto a los ingredientes, mas un mate de coca, 19 soles. Muy recomendable, ya no por la comida, sino porque el dueño es un extranjero que lleva un montón de años en Cuzco y es una gozada hablar con el. Lo único malo, que no tenían cerveza fría
Y por último ya a preparar una mochila pequeña para llevársela al día siguiente, y pronto a la cama otra vez, que al día siguiente tocaba empezar el Inka Jungle.
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[…] parada en Chincheros un calco de la del Tour del Valle Sagrado, así que no explicare demasiado. Parada en el taller textil, misma explicación con los mismos […]