Diario de viaje al sur de Marruecos 2014. Día 4. Cañones del Dades y del Todra y el desierto
El día empezaba como ya dije en la etapa del diario anterior con un desayuno impresionante que nos dieron en el hotel en un patio interior que tienen. Una gran experiencia desde luego. Tras esto cogíamos el coche y tras sacarnos unas fotos en Dades en un palmeral que se ve desde la ciudad (el día anterior no lo habíamos podido distinguir ya que llegamos de noche) marchábamos rumbo al cañón de Dades.
La subida es una carretera bastante mala (aunque no tanto como la del cañón del Todra) y con algo de tráfico por lo que cuesta subir un rato. Por el trayecto de todas formas hay unas formas rocosas preciosas (paramos un par de veces). Finalmente tras un tramo mucho más empinado llegamos a donde se saca la foto más típica del cañón, una visión perfecta de la carretera formando horquillas que recuerdan a cualquier ascensión alpina del Tour de Francia.. Desde esta se ve como bastantes grupos de 4×4 siguen por la carretera. Estuvimos hablando con unos que iban en 4×4 y pararon y según nos dijeron más adelante hay una pista que une el cañón del Todra y el cañón del Dades, pero que con un simple turismo es imposible de hacer.
Una vez echadas las fotos de rigor para abajo del cañón, un rato de carretera y en Tinghir cogimos el desvió hacia e cañón del Todra. Paramos primero en un punto panorámico, curiosamente lleno de autobuses y bereberes comprando pañuelos para el desierto (yo me compre uno).Después para arriba del cañón, la carretera de este es aún peor que la del cañón del Dades (con zonas de la carretera rotas y con muchos baches), y aun encima se une que suben bastantes más autobuses de turistas que hacia el del Dades (al menos a la hora que subimos nosotros). Aun así, merece, y mucho, la pena. El cañón del Todra, quizas porque era del que menos esperábamos, nos sorprendió a los 3 y nos encantó muchísimo. Durante 1 kilometro aproximadamente tienes 2 paredes de 30 o 40 metros que en el punto más cercanos están a unos 15 metros (medidas aproximadas). Personalmente no he estado en otros cañones, pero este me pareció impresionante.
Una vez abajo del cañón tocaba el trayecto mas largo. Desde Tinghir hasta Merzouga hay varias horas de carretera con solo 2 o 3 ciudades mínimamente grandes y sin mucho atractivo turístico. Decir, para no perderos, que hay que ir todo el rato dirección Erfoud y luego Merzouga, donde se encuentra la llamada puerta de entrada al desierto. Sin embargo no es todo el rato por la N10 que hemos seguido desde Ourzazate (quitando un par de desvíos hacia los dos cañones), sino que en Tinejdad hay que cambiar a la R702 (tranquilidad, es una carretera igual de bien asfaltado que la N10) y en Erfoud a la N13 dirección Merzouga. Como digo poco atractivo turístico durante todo el camino. En nuestro caso la única parada fue a comer con lo que habíamos comprado. Paramos casi en medio de la nada (en una parada de bus enfrente de un pueblecillo pequeño y al lado de una gasolinera) y casi al momento aparecieron varios niños bereberes a saludarnos y mas tarde un señor mayor. Al final les dimos la bolsa con algo de comida que nos había sobrado.
Una vez en Merzouga a nada que paras en cualquier sitio en seguida te paran para venderte la excursión al desierto. Ya deje varios consejos sobre cómo visitar allí el desierto. Decir que en nuestro caso nos costó 15-20 minutos encontrar la excursión que nos convenía, ya que a esas horas casi todo el mundo tenia los camellos ocupados. Nos estuvieron ofrecernos llevarnos en 4×4 (algo que si volvería me encantaría hacer por cierto) y volver al día siguiente en camellos pero se nos hacía caro. Finalmente nos ofrecieron tirado de precio ir andando y volver en camello al día siguiente (quedándonos solos los 3 un rato allí) y dado el precio tan bajo que nos dieron lo cogimos sin dudarlo
La caminata por el desierto la verdad es que se hace menos duro de lo que parece. Fueron 30-40 minutos subiendo y bajando dunas al lado de una excursión organizada desde Marrakech que iban en camellos, y nos lo pasamos pipa además hablando con los camelleros.
Una vez llegado al campamento de las haimas empezó lo duro, ya que como hizo todo el grupo decidimos subir a la gran duna a ver el anochecer. Decir que en ese momento estaba en baja forma y pesaba algo más de 100 kilos (aunque soy bastante alto) y por ello me costó subir sangre y sudores. No se cuánto estaría pero fue mucho para subir, incluido un viaje que me senté y por un momento decidí que ahí me quedaba. Añadir además que lo hicimos sin casi agua ya que nos dieron 3 botellas grandes y como luego había que cenar a la duna solo nos subimos una (nos echamos una en la caminata por el desierto y otra cenando) En cualquier caso el esfuerzo merece la pena porque las vistas arriba son de película, y eso que no pudimos ver un atardecer precisamente de película porque había algo de bruma, pero ver las luces en mitad de la nada de Merzouga, y hacia el otro lado la nada y un montón de dunas es increíble (según nos contaron hacia ese lado a pocos kilómetros esta la frontera con Argelia que es una frontera con bastante tensión entre ambos países)
Una vez debajo de la duna (una pasada bajar corriendo la duna, aunque acabe con medio kilo de arena por zapatilla) nos prepararon una cena con un plato grande de un cus cus de verduras con algo de pollo para cada 5 o 6 personas. Se quedaba algo escasico pero bien. Luego además nos sacaron naranjas de postre. Y luego quizás el mejor momento de la noche, estuvimos viendo cantar al bereber que llevaba los camellos, y tocando los bongos, y disfrutando de las estrellas y de una hoguera (increíble la cantidad de estrellas que se veían al no tener contaminación lumínica), además de contándonos anécdotas con nuestros compañeros de viaje (sobre todo con dos japoneses que estaban haciendo una ruta bastante chula y que curiosamente eran grandes aficionados al flamenco, de hecho no sé porque nos preguntaron unos americanos si sabíamos de quien era una canción, ninguno de los 3 supimos contestar y ellos sí). Finalmente un rato después nos fuimos a dormir, en una haima para 3 (creo que a nadie le toco compartir haima con desconocidos porque había haimas de sobra, pero puede tocar)
Y lo dicho, entre el increíble cañón del Todra, el anochecer desde la gran duna y el disfrutar de las estrellas en el desierto, un día realmente increíble, y aun nos quedaban más o menos la mitad de las vacaciones
Palmeral que se veía desde la ciudad de Dades
Una caravana bereber que nos encontramos subiendo al cañón de Dades
Foto típica del cañón de Dades y ejemplo de 4×4 de los que subían
Tormenta de arena en el camino, creo que estábamos en Tineghir (si, estábamos entrando en una ciudad pero casi ni se distingue)
Vistas desde el punto panorámico subiendo al Todra y ejemplo de bereber disfrazado vendiendo cosas
Así era el camino hacia el cañón del Todra
De verdad que las fotos no le hacen justicia
Ejemplo del paisaje hacia el desierto
A 30-40 kms de Merzouga se empiezan a ver las primeras dunas a lo lejos
Nuestro amigo el camellero bereber. Un cachondo
Iniciando la subida a la duna
Otra foto que no hace justicia a la realidad aunque se vean muchas estrellas