Diario de viaje al sur de Marruecos 2014. Dia 8 y final. Essaouira
El día 8 amanecimos relativamente pronto. Habíamos quedado hacia las 5 de la tarde para dejar el coche en Marrakech y desde Essaouira hay 2 horas así que para llegar a tiempo y poder ver Essaouira había que darse un poco de prisa. Empezamos el día desayunando en un precioso café en la plaza principal de la medina y acto seguido nos fuimos a ver el pueblo.
Essaouira aunque es un sitio precioso tiene solo 3 o 4 cosas que ver. Los zocos, las murallas con los cañones, el puerto y la playa. Empezamos viendo las murallas, que ya habíamos visto el día anterior desde el apartamento. Además de lo bonitas que son con los cañones desde ellas hay una vista privilegiada, y si no tenéis la suerte de alojaros en un apartamento como el que nos tocó, desde las murallas hay un anochecer alucinante.
Lo siguiente que vimos fue el zoco. El zoco es una gozada verlo. Es mucho más pequeño que el de Marrakech pero a cambio tiene calles mucho más anchas y es mucho más tranquilo, por lo que te podrías pasar horas sin ninguna clase de agobio, al contrario que el de Marrakech. Yo aproveche para comprarle aquí un pequeño farolillo a mi madre y mis amigos también compraron algún souvenir. Aprovechamos además para entrar a un pequeño cyber-centro e imprimir las tarjetas de embarque para el vuelo de vuelta.
Lo siguiente fue acudir al puerto. Essaouira es hoy en día un importante puerto pesquero y en él se puede disfrutar de una mariscada fresco por poco dinero. Nosotros por 10€ cada uno nos cogimos una bandeja enorme llena de pescado y marisco y con las bebidas y el pan baratísimo. Hay además la opción de coger langosta mucho más barata que en cualquier lado de Europa. Por último, por el puerto (merece la pena dar una vuelta para ver cómo llegan y descargan los barcos) y puestos que venden pescado y marisco fresco, y podemos comprarlo allí para que por poco dinero nos lo hagan en los puestos que venden ya el pescado hecho. Teóricamente así sale más barato pero nosotros optamos por la opción más cómoda.
Y poco más dio el día. Cogimos el coche y para Marrakech. Por el camino hay una multitud de campos de argán. Se supone que las cabras se suben encima de los arboles pero nosotros no paramos para verlo. Llegamos a Marrakech, dejamos el coche, fuimos al mismo hostel que las 2 primas noches, cenamos en la plaza y aun nos dio tiempo para dar una vuelta por el zoco y comprarnos unas babuchas (por las que estuvimos regateando mucho tiempo, y que al menos las mías, aunque el cuero se ve bueno, tienen el problema de que es cuero pintado de amarillo y destiñe).
Y poco más, al día siguiente desayunamos, echamos el ultimo zumo de naranja en la plaza, cogimos un taxi al aeropuerto y para casa. Decir que en la vuelta hay que tener cuidado porque aunque no facturemos maleta hay que pasar por el mostrador de facturación a que nos sellen la tarjeta de embarque (supongo que cosas de la burocracia marroquí que ya habíamos sufrido con el capítulo del coche). En este sentido hay que tener cuidado porque al pasar por el mostrador de facturación es bastante común que nos pesen las maletas de mano para ver si cumplen el peso (10 kgs entre los dos bultos). En cualquier caso no se te las van a llevar, así que si vais varias personas puedes sacar peso de la maleta, vas a sellar la tarjeta de embarque, y después de sellarla y haberla pesado vuelves a meter en la maleta lo que hayas sacado.