Entrevista a los Bambu Heroes
Lo bueno de pasar tanto tiempo por Internet es que a veces te encuentras con historia insólitas y buenísimas. Navegando por forocoches hace unos dias me encontraba con la historia de los Bambu Heroes, un equipo deportivo que empezaba en 2014 con el Panda Rally (una prueba en coches como el Seat Panda o el Fiat Panda por todo Marruecos incluyendo etapas de desierto a lo Dakar) para mas tarde correr con el mismo coche el Mongol Rally, una prueba extrema que lleva desde la Republica Checa hasta nada mas y nada menos que la capital de Mongolia, Ulan Bator, a traves de mas de 16.000 kms y 21 países. En nada se van a Zanzybar a realizar otro tipo de aventura pero casi igual de ambiciosa. Vamos a conocerlos a través de una entrevista que nos han concedido.
Sabemos que debido al cambio de reglamento del Mongol Rally y al éxito del Panda Raid decidís poneros con dicha locura, pero ¿Cómo tomasteis la idea del Panda Raid?
La idea del Panda Raid surgió en Diciembre 2012, cuando Álvaro pensó en que era factible participar con un presupuesto bajo. Siempre había estado interesado en el automovilismo y las carreras, y había oído hablar del raid. Rápidamente se apuntó Alberto, y ya estaban los dos miembros necesarios. Estábamos estudiando un máster en Alemania de ingeniería del automóvil, y en verano de 2013 compramos el coche con los ahorros de las prácticas, y comenzamos a preparar el coche y buscar patrocinadores. Ese mismo año, sobre octubre, vimos que cambiaban el reglamento del Mongol Rally, y que en 2014 nuestro Panda podría participar. Así que de perdidos al río, decidimos intentar hacer el Panda Raid y el Mongol Rally el mismo año, coincidiendo con el fin de nuestros estudios.
¿Cuál fue el momento más complicado y el mejor momento de ambos rallyes?
En el Panda Raid tuvimos muchos buenos momentos. No sólo en la carrera, sino también con todo lo que conllevaba organizarla. Buscar los patrocinadores, probar el coche…Álvaro lo usaba en Galicia como coche personal y lo llevaba a todos lados, tanto para ir de fiesta como para ir a recoger piñas al monte. Diríamos que fue muy emotiva la salida, en la que nos despidieron nuestros compañeros de la universidad, en Madrid; y la llegada a la meta del Raid en las playas de Essaouira con los compañeros de la carrera, especialmente el equipo formado por Félix Maté y Javier Susaeta, alias “Chuso”, un buen par de fenómenos, a los que desde aquí nos gustaría mandarles un fuerte abrazo. No muy fuerte, que ya están un poco mayores 😉
Quizás lo más complicado fue en una de las últimas etapas, que el coche se apagaba cada 400 metros, y tardamos unas 6 horas en hacer los últimos 40km, entrando ya de noche al campamento y justo a tiempo sin penalizar. También fue bastante crítico cuando el coche se nos apagó en la autopista a 40km de casa en la vuelta, a las 4 de la madrugada tras una maratón de casi 2000km desde el sur de Marruecos hasta Galicia sin apenas parar. Conseguimos hacerlo arrancar, y finalmente a las 6.00am conseguimos llegar.
El Mongol Rally tuvo infinitos momentos buenos y algún que otro momento complicado. Buscando repercusión para los patrocinadores estuvimos todo un día de grabación con Martiño de Lopo, periodista del motor retirado, y Sergio Vallejo, bicampeón de España de Rallyes. Gracias a esto, incluso hemos estado en contacto para otras cosas después del Rally. Esto siendo un fan de las carreras es algo que siempre te hace ilusión. Nos entrevistaron en la Televisión de Galicia, Correo TV, Radio Galega, La Voz de Galicia y otros medios, y en Febrero publicaron un reportaje con la historia en una de las revistas de motor con mayor reputación de España, CronoMotor. Algo que hizo especialmente ilusión dado que era la revista que leíamos del mundo de las carreras desde hacía años.
Fue muy emotiva la despedida de nuestros amigos de Munich, antes de partir hacia la línea de meta en la República Checa, y la llegada a línea de meta con otro gran equipo que conocimos en el viaje, Jorge y Malén, de la Linternita Team, auténticos ídolos de masas.
Fue complicado cuando descubrimos que estábamos andando a tres cilindros y la junta de la culata estaba rota, en Kazajistán. Tuvimos problemas con la reparación, porque íbamos mal de tiempo, y los medios para reparar eran muy pobres. Tras reparar tuvimos problemas con un local que nos invitó a dormir en su casa y terminamos durmiendo en un piso franco, incomunicados y con nuestro coche en otra parte, y tuvimos que acabar pagando 100 USD a un maleante.
¿Y alguna anécdota a destacar?
Durante nuestro segundo día en Mongolia, el equipo La Linternita, con el que estábamos cruzando Mongolia, golpeó el cárter de su Ibiza con una piedra, con lo que tuvieron que parar. Creían que sería el fin de su viaje y que no conseguirían llegar a meta, pero tras animarlos con “Pacto entre caballeros”, de Joaquín Sabina y remolcarlos durante 6 horas por la estepa mongola con nuestro Panda, conseguimos llegar a un taller y reparar. Y por supuesto, consiguieron llegar a la meta, que cruzamos juntos.
¿Y alguna ocasión de cierta inseguridad? Hemos leído en vuestras crónicas pasar por zonas con alguna mina o con guerras recientes o incluso oficiales de aduana corruptos
En general no tuvimos ninguna sensación grave de inseguridad. Sí que es cierto que en la PamirHighway, una carretera de montaña de Tajikistán, había zonas minadas y mucha presencia y control militar, y que en algunas aduanas se intentan sacar unos dólares extra, pero en el 95% del viaje no tuvimos ningún problema aparte de lo de Kazajistán, y la gente era amable y nos ayudaba ante cualquier incidencia, la mayoría de las veces sin pedir nada a cambio.
¿Antes de realizar las dos aventuras (tanto el Panda Raid como el Mongol Rally) habíais realizado algún viaje largo o era vuestro primer gran viaje (aunque no se parezca en nada a ningún viaje dentro de lo común)?
Habíamos realizado viajes largos con la familia muchas otras veces en coche, pero ninguno en común. Sí que nos fuimos a vivir al extranjero a la vez, por lo que no era algo nuevo descubrir otras culturas.
En poco partís para Zanzíbar. ¿Nos podéis contar un poco más sobre vuestra próxima aventura?
Se trata de una carrera en el mar, entre la isla norte del archipiélago de Zanzíbar, y el sur de la costa de Tanzania, sobre unos 500-600km. Los barcos con los que se realiza se llaman “Ngalawa”, unos pequeños barcos hechos con madera de mango, utilizados por los locales desde hace más de un siglo. La carrera tendrá lugar durante del 1 al 9 de enero, en los que tendremos que cruzar determinados checkpoints, y la línea de meta. El resto está en nuestra mano, no tendremos apoyo, y tendremos que apañárnoslas para pescarnos la cena y buscar islas en el camino para pasar las noches, algunas habitadas y otras deshabitadas. Sólo Gonzalo, nuestra nueva incorporación, tiene experiencia navegando, lo cual pondrá las cosas un poco más interesantes.
¿Cómo se lleva el compaginar estudios y/o trabajo con locuras como estas de más de un mes de duración?
Las dos anteriores las tuvimos que compaginar con los estudios y trabajo, por lo cuadramos las vacaciones para el Panda Raid. Para el Mongol Rally teníamos tiempo dado que acabábamos los estudios y aún no habíamos empezado a trabajar. La Ngalawa Cup en Zanzíbar requiere 2 semanas de vacaciones, por lo que aún se puede hacer aun trabajando. Las que vengan después, si requieren más de un mes, habrá que pensar como lo gestionamos…
Habéis visto varios paisajes diametralmente opuestos. Desde el desierto marroquí hasta la estepa mongola pasando por ejemplo paisajes de alta montaña. ¿Cuál es el que más os ha impresionado?
Posiblemente la soledad del desierto sea algo muy chocante, como un lago seco. Cuando todo lo que te rodea es exactamente igual, y no tienes ningún punto de referencia en el horizonte, te puedes acabar desorientando muy fácilmente.
Impresionaba mucho el paisaje casi lunar de la alta montaña en la PamirHighway, donde de noche no había ningún ruido, ni animales, ni el viento, ni los árboles. Era como estar dentro de una cámara anecoica, pero al aire libre. Mongolia oeste era ciertamente espectacular, con las suaves curvas de las montañas, y el verdor de los prados, ríos y lagos. Los cielos estrellados eran espectaculares.
Habéis pasado por multitud de países poco conocidos por el turismo. Georgia, Azerbayan, Turkmenistan, Uzbekistan, Tajiskistan, Kirgizistan y Kazakhstan. De ellos ¿Hay alguno que os impresiono y lo recomendaríais para el turismo? ¿Qué tal la seguridad por allí?
Kirguistán y Tajikistán eran especialmente bonitos, junto con Mongolia. No tienen infraestructuras para el turista al uso, ni creemos que las tengan en los próximos años. El turismo que te pueden ofrecer esos países es el que es, y no tendría sentido intentar transformarlos para contentar a los estándares occidentales, perdiendo la autenticidad y lo genuino de esos lugares. Dado que muchos de ellos aún no conocen mucho el turismo, aún puedes encontrarte en situaciones en las que alguien te invite a cenar y dormir en su casa de buena fe sin pedirte nada a cambio.
En Turkmenistán nos trataron muy bien y tenemos muy bueno recuerdos del país.
Por último, para cualquiera que se quiera aventurar en aventuras semejantes (valga la redundancia). ¿Cuál es el principal consejo que le daríais?
Que se lo piensen bien antes de hacer la primera, porque engancha, y ya no podrán parar.
Acabar por dar las gracias a los Bambu Heroes por la entrevista, y desearle suerte en su próxima aventura.
PD: Todas las fotos han sacadas del Facebook de los Bambu Heroes