La fábrica de Guinness en Dublín
Uno de los sitios más visitados de todo Dublín es la Guinness Storehouse, también conocida como la fábrica de Guinness (aunque la verdadera fabrica no sea esta sino un terreno situado casi al lado). Hablar de cerveza en Irlanda es casi como hablar de Guinness, y es casi un símbolo nacional, hasta el punto que cuando en 1922 la República de Irlanda consiguió la independencia, el recién fundado Estado Libre Irlandés tuvo que darle la vuelta al escudo de Irlanda al estar el arpa registrada comercialmente por Guinness.
Los actuales terrenos sobre los que esta la Guinnes Storehouse son los terrenos originales de la fábrica de Guinness. Estos fueron alquilados por el fundador de la marca, Arthur Guinness, al ayuntamiento de Dublín, y firmo un contrato de !!9000 años¡¡ por tan solo 45 libras al año (por entonces era más dinero, claro está). Realmente el terreno que tiene la marca alrededor del terreno original es mucho mayor, pero el hecho es cuanto menos curioso.
La Guinness Storehouse está dividido en 5 plantas más la azotea, simulando que el edificio es un vaso de pinta (en algún punto del edificio se puede ver esto perfectamente). Aparte de la planta baja, que no es más que la recepción del museo y una gigantesca tienda con merchandising de la marca (con artículos bastante chulos, todo sea dicho) las 4 primeras plantas son el museo en si con cada planta dedicada a uno de los ingredientes de la cerveza (agua, cebada, lúpulo y levadura), la 5º tiene un espacio para la publicidad y otro donde te enseñan a tirar tu propia pinta de Guinness aparte de tener un par de restaurantes, y la 6º por último es el Gravity Bar, un curioso bar con unas increibles vistas de 360º a todo Dublín.
El museo en si no es demasiado interesante a poco que sepas un poco del mundo de la cerveza. Tiene algunos puntos curiosos como un pequeño espacio dedicado a como transportaban por todo Irlanda originalmente la cerveza, una curiosa escultura de una pinta de Guinness espectacularmente decorada o una barra donde a ciertas horas se puede probar las nuevas creaciones de Guinness (cuando fui yo la West Indies Porter y la Dublin Porter). Aun con todo con la audio-guía se hace interesante, de hecho me resulto más entretenido que el museo de la Heineken en Amsterdam.

Replica de la caja fuerte donde se guarda la levadura con la que se fabrica la Guinness
Ya en la 5º planta empieza lo realmente interesante para mí. Tenemos varias exposiciones sobre la publicidad de la Guinness bastante curiosas, donde podemos aprender sobre el origen del pelicano de Guinness por ejemplo. La última parte del museo en si es una sala donde nos enseñan a tirar una pinta de Guinness perfecta. La gracia de esto es que además la Guinness tiene su ritual con ciertas diferencias de como tirar la cerveza respecto a otras cervezas, ya que esta carbonatada con nitrógeno en vez de con CO2. Además a diferencia del museo de Heineken no perdemos una consumición por tirar nosotros la pinta de Guinness.
Aparte en dicha 5º planta tenemos 3 restaurantes temáticos donde nos sirven o bien platos hechos con Guinness (imprescindible probar ya sea aquí o en cualquier sitio de Dublín la carne estofada en Guinness) o que maridan especialmente bien con Guinness, como las ostras o los mejillones (estos últimos recomendaría probar si o si también en Irlanda. Te ponen unas hoyas inmensas con una rica salsa a base de nata).
Por ultimo arriba tenemos la joya del museo, Gravity Bar. Se trata de un bar en la azotea del museo con unas espectaculares vistas de todo Dublín, posiblemente de las mejores de toda la ciudad. Además con la entrada tenemos una consumición gratuita en dicha azotea. Porque la entrada al museo es cara, sino solo por esto merecería la pena, y aun con todo se amortiza.
Para acabar dejaros un pequeño truco. Si cogéis la Dublin Card al contrario que las tarjetas de este tipo de otras ciudades (de las cuales ya hablamos en otra entrada), no solo permiten un solo acceso a cada lugar, sino que permiten un acceso por persona y día, así que si pasáis cerca de la Guinness Storehouse podéis entrar aunque solo sea para subir al Gravity Bar y echar una cerveza tranquilamente. Como digo si pasáis al lado recomendable 100%, la pena es que no esté bien situado para pasar por allí más veces.