Tras los jemeres rojos en Phnom Penh
En 1975 los llamados Jemeres Rojos, un partido comunista de Camboya, tomaba el poder del país y desalojaba por completo la capital Phnom Penh y las grandes ciudades, dejando un país eminentemente rural. Durante 4 años que gobernaron gran parte del país fue encerrado en campos de concentración y un 25% del país fue asesinado por los hombres del régimen. Por todo el país se pueden ver ejemplos de estos cruentos años, pero es en Phnom Penh donde podemos encontrar los sitios relacionados con dicho genocidio más escalofriantes, el campo de exterminio de Choeung Ek y la prisión S-21 o Tuol Sleng
En mi caso, cuando fui a visitar estos dos sitios, venia en un “sleep bus” desde Siem Reap (un viaje infernal por cierto). Para acudir a estos dos sitios lo mejor es ya en el centro (en mi caso una vez alojado en el hotel) negociar por un tuk-tuk para todo el día, ya que sobre todo el campo de exterminio está en las afueras de Phnom Penh y creo que es imposible llegar con transporte público.
De los dos sitios lo primero de todo fui a el campo de exterminio. La entrada a dicho campo cuesta 6$ e incluye una audio guía, bastante recomendable, que además de las explicaciones de las diferentes partes del campo incluye además pasajes adicionales sobre la experiencia de diferentes personas que fueron torturadas por el régimen de los jemeres rojos o bien que algunos familiares fueron matados por dicho régimen.
El actual campo poco tiene que ver con el antiguo ya que la mayoría de construcción fueron demolidas. Al principio del campo varias locuciones te informan de donde estaban las primeras barracas, a las que cientos de prisioneros llegaban cada noche e iban pasando de una a otra para registrar sus datos y finalmente ser ejecutados.
Después se pasa por una zona con varias fosas comunes. Cuando se descubrió el campo al principio bastantes fosas comunes fueron desenterradas y sus restos clasificados, pero debido a lo titánico de la tarea se han terminado por dejar las fosas comunes tal como están. Cada año en época de lluvias sin embargo restos de algunos cadáveres acaban saliendo y tienen que ser recogidos. Lo más escalofriante de esta zona es sin duda un árbol donde se sabe que cientos e incluso miles de niños, incluso recién nacidos, fueron ejecutados y arrojados a una fosa común cercana.
Por ultimo para terminar la visita se pasa por una pagoda de varios metros de altura en homenaje a las víctimas. Dentro de ella (la cual se puede visitar) están clasificados los restos óseos de varios cientos de personas.
Algunos turistas dejando flores debajo de la pagoda
En general una visita aterradora, que en varios puntos (para mí personalmente sobre todo en el árbol de los niños) te deja de piedra, pero que recomendaría hacer a todo el mundo que pase por Camboya para saber la realidad del país y de sus últimos 50 años de historia que han sido bastante convulsos.
Después del campo de exterminio fui con el tuk-tuk hasta la cárcel S-21 (Una locura el tráfico en Phnom Penh por cierto. SI ya es caótico en la otra gran ciudad del Sudeste Asiático que he visitado, Bangkok, en Phnom Penh se lleva la palma). En dicha cárcel iban los (según ellos casi siempre) contrarios al régimen de los jemeres rojos. En ella eran torturados hasta que les sacaban una confesión (la mayoría de las veces falsa) y después de ello eran conducidos a campos de exterminio como el de Choeung Ek donde eran ejecutados.
Solo unos pocos supervivientes quedaron en la prisión, la mayoría de ellos porque se dedicaban a tareas útiles para los carcelarios, como hacer pinturas con los hechos de la prisión, y por eso los dejaron con vida .Paseando por la prisión(cuya visita al igual que el campo de exterminio, es libre, solo que esta vez sin audio guía) podemos descubrir cómo era la vida de los presos así como algunas de las torturas a las que eran sometidos. Especialmente curioso y deleznable son el cartel con las reglas de la prisión que hay en su entrada.
Las dos visitas son fácilmente realizables en una mañana, y aunque como ya he dicho escalofriantes, totalmente recomendables.
PD: Al igual que la entrada del campo de concentración de Sauchsenhausen no hay demasiadas fotos en la entrada por respeto